El geranio
El geranio, la planta reina de los balcones.
El geranio proviene de África del sur y actualmente los cultivos más extensos se encuentran en Egipto, en China y en la isla de Reunión y Marruecos. Se introdujo en Europa alrededor de 1690 para fabricar su aceite en sustitución del aceite de rosa, mucho más costoso. Pero es una planta muy reconocible, que podemos encontrar en las más vistosas terrazas del mundo entero; unas flores que alegran las zonas rurales y llenan de color las grandes ciudades. El nombre de la planta proviene del griego “geranos” que significa grulla, precisamente por la similitud entre el fruto de la planta y el pico de esta ave. Sus flores de cinco pétalos se agrupan en ramilletes de gran vistosidad. Encontraremos geranios en color blanco, rosa, naranja e intenso rojo. En el lenguaje de las flores, el de color rosado indica preferencia mientras que el rojo simboliza la melancolía.
Una esencia que se comenzó a utilizar para sustituir el caro aceite de rosas y que en la actualidad, se sigue utilizando en perfumería valorando su aromática fragancia. La esencia de geranio forma parte de los ingredientes de innumerables perfumes y, contrariamente a lo que se puede pensar, mayoritariamente en las fragancias masculinas a las que aporta un toque de intensa frescura.
El aceite esencial se obtiene por destilación del vapor de agua de las hojas y tallos, previas a la floración. Y este aceite esencial también es muy utilizado con fines medicinales y cosméticos.
Una planta que ha pasado de ser un sustituto a protagonista, que adorna nuestra vida desde los balcones de todo el mundo y desde los aromas que se encierran en los perfumes más sofisticados.
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