El jazmín, el aroma de la dulzura femenina

La esencia del jazmín es el alma de muchos perfumes de lujo y, junto con la rosa, la flor más utilizada en perfumería. Florece entre junio y octubre, pero las flores más apreciadas son las que se recogen en julio y agosto.

Una flor la del jazmín que tiene una gran historia: para los chinos significa la dulzura femenina; en el arte medieval se asociaba con La Virgen y los hindúes lo llamaban “claro de luna de los bosques”. Una flor con un aroma dulce e intenso y con una presente de poesía y amor que hace que su esencia sea la protagonista de muchas de las fragancias más sofisticadas. 

Para elaborar los perfumes se extrae la esencia concreta del jazmín a partir de la cual se obtiene la esencia absoluta mediante el lavado con alcohol. 

El género Jasminum tiene alrededor de 200 especies que reciben el nombre común de jazmín. Se cree que son originarias del Himalaya y que la especie se extendió por China, Oriente Medio y la India, pasando luego a ser una de las especies más cultivadas en toda Europa.

Sus flores son mayoritariamente blancas, -aunque hay algunas especies amarillas y rojizas- y son hermafroditas. Están compuestas por un cáliz con cinco pétalos y dos estambres. Su fragancia es intensa y de un aroma muy dulce.

Etimológicamente el nombre de 'jazmín' deriva del árabe clásico yàsamìn y quiere decir “regalo de Dios”.  

Representan distintos significados según su color: el jazmín blanco significa espiritualidad y esperanza; el amarillo además significa gracia y elegancia –muy adecuado para regalar a quien ha tenido éxito en el trabajo o los estudios-; también simboliza cariño y amistad. Cada vez es más utilizado en ramos de novias por ese amor y espiritualidad que se le atribuye a su flor.

Con la flor del jazmín se aromatiza el té en China y también algunos arroces en Tailandia. Terapéuticamente se usa para relajar, aliviar la tensión y la fatiga e incluso se dice que tiene propiedades afrodisiacas.