Una buena hidratación permite que los niveles de humedad de nuestra piel estén equilibrados, fortalece la barrera externa que protege sobre agresores externos y radicales libres y permite que esta tenga buena flexibilidad.

Los aceites faciales protegen el manto ácido de la piel y reconstruyen y mantienen su barrera lípidica. Además, poseen antioxidantes naturales y ácidos grasos que reducen en envejecimiento.

Son un complemento a tu rutina diaria, los puedes usar tanto antes de aplicar la hidratante facial como combinando unas gotitas con tu crema  diaria para aumentar su hidratación. 

En el caso de que tengas tendencia acnéica lo ideal es que uses un aceite más ligero que no produzca grasa en exceso como el antioxidante de Grown Alchemist.