El azahar o nerolí, esencia embriagadora y sensual

El azahar o flor de azahar es el nombre de las flores del naranjo y del limonero. El nombre proviene del árabe – al-azaharque - y significa simplemente flores blancas. Tradicionalmente se asocia a la flor de naranjo y se considera que, además de su belleza, su perfume o aroma tiene propiedades terapéuticas.

Innumerables ciudades del levante de España están cuajadas de naranjos y también la ciudad de Sevilla es famosa por el olor que se desprende en sus calles cuando florecen… Sevilla tiene un olor especial…

Tradicionalmente se ha utilizado el azahar por sus propiedades relajantes y sedantes, tanto en forma de infusiones como en forma de aceite esencial; y además, su olor reanimaba a quienes sufrían desvanecimientos y palpitaciones. Se ha utilizado también en coronas y ramos de novias como símbolo de belleza y pureza y muchas novias han recurrido al agua de azahar para relajarse en ese día tan importante.

El azahar también recibe el nombre de nerolí y este nombre se debe, según la leyenda, a la princesa italiana Ana María de Nerolí.

Esta dama era tremendamente adicta al aroma del azahar: utilizaba su esencia para perfumarse y se decía que dejaba una imborrable estela perfumada a su paso. También perfumaba sus guantes con el aceite esencial de azahar y los caballeros cuando besaban su mano se quedaban totalmente prendados de ella. En esta época era costumbre perfumar los guantes de piel de cabritilla y gracias a la princesa de Nerolí, esta esencia se extendió por todo el mundo.

El azahar es una flor blanca, pequeña y sencilla que, sin embargo, tiene un aroma embriagador y sensual y es una de las notas esenciales en cualquier perfume cítrico. Una fragancia que contenga nerolí siempre será un acierto. La aparente modestia del azahar, su belleza frágil, esconde una de las esencias más utilizadas a lo largo de todos los tiempos.