Es una hierba arbustífera que puede alcanzar hasta 90 centímetros de altura y crece en los climas húmedos y templados. Tiene flores con semillas que son muy fragantes y florecen durante la noche. Además, no tolera la exposición a la luz directa del sol.
Durante siglos, los mercaderes de seda de China transportaban sus preciadas sedas introduciendo en ellas hojas de pachulí para que la polilla no hiciera estragos en las telas. Esto les proporcionaba un peculiar aroma que siempre se ha asociado a la opulencia y la riqueza.
Actualmente, asociamos el olor del pachulí a la época del amor libre y el movimiento hippy, dado que era utilizado frecuentemente en las décadas de los 60 y 70 y, entre otras cosas, enmascaraba el olor de la marihuana. Pero ha sido utilizado en Europa desde mucho antes, desde el siglo XVIII, en la fabricación de todo tipo de perfumes.
El aroma del pachulí sigue evocando, con sus notas finales, un viaje a la India y a Oriente, un viaje a lo exótico, a la opulencia de los grandes palacios de los marajás y al color de los países orientales.
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Su fragancia es delicada y sensual, con notas dulces de flor blanca y un toque picante. Aporta a cualquier fragancia el toque floral y la elegante sofisticación de su dulce aroma.
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noviembre 11, 2019
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